Historia de Reynosa
La ciudad de Reynosa se encuentra en el estado de Tamaulipas, en la zona norte de México. Es una ciudad con larga historia que fundada en 1749.
Su nombre rinde honores a la ciudad española Reinosa, ubicada en la región de Cantabria. En esta ciudad había nacido el virrey de Nueva España, Francisco de Güemes y Horcasitas, y en honor a él es que se le asigna el nombre a la ciudad.
Historia indígena e hispana
El noroeste de México estuvo ocupado con distintos grupos indígenas pertenecientes a la comunidad lingüística Coahuilteca. Estos grupos conformaron diversas tribus con distintos nombres, entre ellos los más conocidos fueron Bobola, Katuhano, Carrizos y Tejones.
En 1521 Hernán Cortés se apodera de Tenochtitlán, cumbre del imperio azteca, comenzando de esta manera el dominio del virreinato de Nueva España. Desde entonces y hasta el siglo XVIII hubo numerosos intentos de conquista pero por distintas razones todos fracasaban. Los registros indican que en 1746, el coronel Escandón y Helguera da inicio concretamente a la etapa de colonización de esta región. En ese entonces el virrey era Güemes y Horcasitas y tanto él como Escandón y Helguera eran cántabros y de ahí provienen los nombres de Santander con la que se bautizaron una gran cantidad de las fundaciones que realizaron.
Tanto Escandón como Güemes y Horcasitas fueron grandes estrategas. En el caso de Escandón, se le atribuye a este el comienzo de la efectiva conquista de la llamada Costa del Seno Mexicano, región entre las que se incluye la ciudad de Reynosa. Escandón logró el apoyo de los misioneros del colegio San Fernando de México y esto fue clave para la conquista.
En 1749, comienza el proceso de fundación de las denominadas “Villas del Norte” de la región Nuevo Santander. El grupo que conquistaba y fundaba cada ciudad estaba integrado por soldados y familias, que sumados llegaban a casi 2500 personas.
Una vez que se funda la llamada villa de Camargo, el entonces capitán Carlos Cantú bajo las órdenes de Escandón sigue el curso del río Bravo y llega a un valle donde fundaría villa Reynosa, población que más tarde se convertiría en la ciudad de Reynosa.
Proceso de Fundación
Los primeros pobladores de Reynosa eran familias españolas, originarias del Nuevo Reino de León, de características muy humildes. Para subsistir comercializaban pieles de animales cazados en la región y extraían productos de cuencas salinas en las zonas adyacentes. Con el tiempo se fueron uniendo algunos grupos indígenas, como los llamados pintos, nazas y narices. La comunidad desde el comienzo estuvo bajo la acción evangelizadora de los franciscanos del colegio de Guadalupe de Zacatecas.
Algunos archivos indican que la población inicial se componía de aproximadamente 44 familias y unos pocos soldados, lo que totalizaba unas 230 personas. Desde la corona se fue prometiendo la adjudicación de tierras a quienes desearan instalarse en lugar y así estimular el afincamiento de más personas.
Entre otras razones, fue para esto que el propio Escandón regresó a la villa en 1750. Además de entregar provisionalmente tierras a los indígenas organizó un sistema de siembra de granos con el objetivo de generar más opciones de manutención para los pobladores.
En 1755 se produce la importante visita del capitán José Tienda de Cuervo, enviado por el nuevo virrey de España, Fernando VI. En ese entonces la población ya había aumentado así como la cantidad de ganado y caballos.
La villa Reynosa tenía características geográficas que fueron definitorias de su destino. Situada sobre la llanura aluvial y muy próxima al hoy conocido río Bravo, comenzó a sufrir inundaciones devastadoras. Por este motivo la población le pidió a Escandón trasladarse aguas arriba pero este no lo autorizó ya que no encontró evidencias suficientes. En su lugar ordenó la construcción de un gran terraplén en la periferia de la población.
Sin embargo, las inundaciones continuaron y tras una nueva visita de autoridades españolas, entre ellos nuevamente el capitán José Tienda de Cuervo, se decidió el traslado de los pobladores, pues se constataron los peligros que suponían dichas inundaciones. No obstante, pasó mucho tiempo antes de que se concretara el traslado pues no hubo más inundaciones por un tiempo prolongado, los lugareños no insistieron y desde España no surgieron iniciativas.
Hacia fines del siglo XVIII es que se produce una nueva gran inundación que reactiva el tema del traslado. Una crecida indomable del río obligó a los pobladores huir de la villa y trasladarse a Lomas del Morillo. El entonces gobernador de la provincia, José Ballí solicitó nuevamente el traslado de la población. El nuevo posible lugar para el afincamiento de quienes habían sobrevivido al desastre natural fue la zona de San Antonio. Sin embargo, hubo algunos reparos por parte de propietarios de tierras de ese lugar y no prosperó la posibilidad de mudarse a esa región. En su lugar se consideró otro paraje conocido La Laja.
Corría el año 1802 y aún no se había resuelto el asunto pero en este año se registró otra crecida del río Bravo que casi eliminó del mapa a Reynosa por completo. Nuevamente, Ballí solicitó el traslado y paralelamente pidió permiso al Obispado para celebrar misas en la región de Lomas de San Antonio. No se plantearon inconvenientes en esta oportunidad y el rey de España entendió que no habría amenaza alguna pues estas tierras también se encontraban bajo el dominio absoluto de la corona. Es así que se concretó el traslado y Reynosa se ubicó en este nuevo lugar.
Siglo XIX
Comenzando el siglo empiezan a librarse una serie de movimientos de rebelión por parte de las poblaciones indígenas fundamentalmente. En diferentes regiones del país y particularmente en el norte, debido a la influencia de Estados Unidos, comienzan a sucederse una serie de hechos que culminan con independencia del país en 1821.
Después de la declaratoria de la independencia, México se organizó como un sistema monárquico bajo la autoridad absoluta del emperador Agustín Iturbide.
En la parte noreste del país, distintas fuerzas políticas generaron la fragmentación de la Diputación de las Provincias y en el año 1823, bajo la organización federal y republicana, la provincia a la que pertenecía Reynosa se declara como Estado Libre y Soberano. Dicho estado adquirió el nombre de Tamaulipas.
En este entonces Reynosa contaba con aproximadamente 3200 habitantes. Su economía estaba basada en la actividad agropecuaria que hasta mediados de siglo se vio limitada y condicionada por los ataques depredadores de los indígenas y al proceso de independencia de Texas. Este último factor generó la destrucción de diversos ranchos ganaderos en la región.
Ya en 1837, la población del entonces municipio de Reynosa había ascendido a los 5400 habitantes. Además de la actividad ganadera y cultivo de granos, la extracción de cal en las lomas era otro componente muy importante de su economía.
Después de la pérdida del estado de Texas que pasaría a formar parte del territorio de Estados Unidos y la invasión norteamericana a México comienza otra etapa para Reynosa. En 1846, el ejército de Estados Unidos ingresa al municipio. Ello significó una etapa de conflictos permanentes que actuaron en detrimento del crecimiento que estaba teniendo hasta entonces la población. Por otra parte las autoridades de entonces no lograron que Reynosa retornara al sistema federal y se promulgara la Constitución de Tamaulipas.
En 1847, el ejército americano terminó por gestionar las funciones públicas. A nivel nacional se produce la ocupación del Noreste de México. No obstante, al año siguiente se formaliza el fin de la guerra mediante la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo. Particularmente en Reynosa, el dominio americano finalizó el 8 de julio de 1848.
Tras recobrar la independencia, la villa ingresa en una etapa de reorganización militar y política. El sistema federal se hace vigente. Llega el año 1854 y tanto Reynosa como el resto de Tamaulipas, entran en una fuerte guerra civil contra el gobierno de entonces, presidido por Antonio López de Santa Anna. Al año siguiente se produce el derrocamiento del gobierno y el mismo nuevamente comienza una fase de construcción de lo que sería una república federal.
No obstante, hubo una reacción conservadora que nuevamente colocó al país en estado de guerra. El partido conservador buscó apoyo fuera del país y entre los años 1861 y 1867, el norte de Tamaulipas sufre la intervención de Francia. Se inicia una cruda resistencia frente ante la invasión francesa hasta que finalmente México logra derrotar a las fuerzas extranjeras. Una vez que se restaura la república y tras el acceso de Porfirio Díaz al poder, el país ingresa en una nueva etapa de gran estabilidad política. Como consecuencia, sobrevino un sostenido desarrollo económico que tuvo en realidad un alto costo social. Tras el envejecimiento de Díaz y los antecedentes socio-culturales que se fueron gestando, sobreviene un importantísimo acontecimiento histórico para todo el país: la Revolución Mexicana.
Para Reynosa y el norte de Tamaulipas, las últimas décadas del siglo XIX se caracterizaron por una marginal economía y un escaso crecimiento demográfico. En 1872 se cierra la aduana fronteriza y eso significó una recesión importante en la que la actividad económica volvió a centrarse en la ganadería.
Tiempos modernos
Un hecho que se genera en el siglo XX y que muchos sociólogos atribuyen como un desencadenante de la problemática actual de la ciudad fue la Ley Seca que se implantó en Estados Unidos. Si bien data de mucho tiempo atrás, tuvo un impacto social, cultural y económico que se arrastró durante largos años.
La prohibición alcohólica en el país afectaba la elaboración y comercialización de todo tipo de bebidas alcohólicas. De esta manera, quienes no podían beber en el país cruzaban la frontera para obtener allí el alcohol e ingresarlo clandestinamente. Es así como Reynosa y otras ciudades del estado de Tamaulipas sufrieron las consecuencias del contrabando, la distribución clandestina de alcohol y los efectos de una mafia organizada.
La ciudad de Reynosa también ganó popularidad gracias a la presencia de una radiodifusora, llamada XEAW, que pertenecía a estadounidenses que intervenían en negocios vinculados al alcohol. En esta época surgieron en Reynosa diversos casinos y prostíbulos.
Más allá del impacto cultural, económicamente la Ley Seca tuvo una repercusión positiva. Se activó la actividad comercial en Reynosa y se crearon políticas impositivas que gravaban al alcohol con determinados impuestos. Esto representó un importante ingreso de dinero para el municipio. También aumentó la demanda de mano de obra y es en este período en el que se crean los primeros sindicatos.
El gran crecimiento demográfico de Reynosa fue el fenómeno más destacado de su historia moderna. Junto con el aumento de la población sobrevino el desarrollo de una verdadera urbe. Pasó de ser una villa en comienzos del siglo XX a ser una de las ciudades modernas más urbanizadas de la frontera en vísperas del siglo XXI. Para ese entonces la ciudad contaba con casi medio millón de habitantes.
Desde el punto de vista social y cultural, es de destacar el contexto en que se produce su crecimiento, pues explica parte del gran éxito que logró durante las últimas décadas. Si bien no contó con elementos favorables como por ejemplo puertos o aduanas terrestres, logró desarrollar de manera efectiva la agricultura en distritos de riego. También la industria petrolera, los servicios, el comercio y más recientemente la industria maquiladora fueron claves en su crecimiento.
Actualmente la actividad industrial de Reynosa destaca en todo el país. De hecho hoy en día la producción de hidrocarburos de esta ciudad representa más del 60 % de la producción nacional. En cuanto a la industria maquiladora y a partir de su instalación en 1965 se ha convertido en uno de los ejes fundamentales de la economía nacional.